martes, 3 de mayo de 2016

Un año sin ti...

Hace un año decidiste dejar este mundo. Hace un año dejaste un vacío en mi corazón. Hace un año decidiste que no querías continuar y terminaste con todo. Hace un año sentiste que no podías enfrentar más tus problemas y decidiste simplemente silenciarlos. Esos problemas, tan grandes, que no quisiste compartir. No quisiste poner esa carga en hombros de otro. No quisiste buscar mi hombro, cuando sabías que siempre estaba dispuesto a recibir tu cabeza y tus lágrimas, de ser necesario. Sabías que podías contar conmigo, pero por alguna razón no lo hiciste. 

No dejo de preguntarme cada día qué hubiera pasado si lo hubiese sabido. ¿Hubiese podido evitar que te fueras? ¿Hubiera servido mi consejo? O tal vez, de todas formas hubieras tomado la misma decisión y yo sentiría aún más culpa por haberlo sabido y no haber podido evitarlo. ¿Sería eso lo que querías evitar? ¿Sabías que de todas formas me causarías dolor, pero quisiste hacerlo un poco menos insoportable?

De nada me sirve seguir preguntándome tantas cosas que quizá nunca tendrán respuesta. Sólo me queda acostumbrarme a tu ausencia y al vacío en mi pecho. A pesar de que las lágrimas se han secado, ese vacío aún duele y no lo logro cerrar. Esa herida no cicatriza y no sé si algún día lo hará. 

Intento pensar en los lindos recuerdos, en los momentos compartidos, en las risas al viento, en los ratos de escuchar metal juntas mientras estudiábamos, en los desayunos, en las tardes de lluvia horneando pan, en los domingos de Subway, en las noches de TWD, en las pizzas, los sábados de sushi, viernes de empanadas, en los momentos de sentarnos a quejarnos de todo y hablar mal de todos, en las conversaciones sobre el cuidado de las plantas, en los ratos de ponernos a armar y desarmar cosas, en las tardes de tereré en el patio, los almuerzos en el patio tiradas en mi mantel de picnic, en lo feliz que te ponías cuando te traía comida de Colombia o te cocinaba arepas con hogao... En tantos momentos vividos y que esperaba seguir compartiendo contigo...

Intento pensar en todo eso e ignorar que te fuiste, y tratar de engañar a mi corazón diciéndole que simplemente estás lejos y algún día te volveré a ver. Pero es imposible engañarme y en realidad no sé qué hay más allá de la muerte. Quisiera pensar que sí te volveré a ver y volveremos a reír juntas. Quiero pensar que así será, y ese pensamiento es el que me permite seguir adelante. Saber que no fue un "hasta nunca", sino un "allá te espero".

Hasta siempre, Eri.

Tu amiga,
Catalina.