martes, 27 de diciembre de 2011

Amor de lejos



 En Colombia se escucha con mucha frecuencia a la gente hablando sobre su país, pero en la mayoría de ocasiones lo hacen para renegar y quejarse de todo lo que hay y lo que ocurre en Colombia. Muchas de estas personas comparan el país con otros, y hacen alarde de las ventajas de estos otros países perfectos. Pero fácilmente se puede identificar que este es un concepto infundado por terceros, o producto de un viaje de vacaciones.

Cuando alguien tiene realmente la oportunidad de conocer y vivir en otro país, su concepto sobre Colombia es diferente al de aquellos que hacen alarde de sus viajes y diferente al de aquellos que no han tenido la oportunidad de salir del país.

Cuando vives fuera de Colombia comienzas a vivir "en carne propia" lo que se conoce como "amor a la patria". Ese amor que nace sólo cuando te das cuenta que allá lo tenías todo (no me refiero a cosas materiales), y cuando comienzas a extrañar ese pedacito de tierra donde todo es de colores, de sabores y de música; donde todos se sonríen mutuamente, a pesar de no conocerse; donde todos somos vecinos y compadres; donde cualquier cosa es motivo para hacer fiesta o si es posible para carnaval. Cuando extrañas ese pedacito de cielo azul con aves de todos los colores, con todos los climas y olores; aquel cielo que, aún cuando es gris, te hace sentir protegido, como bajo el techo de tu casa.

Cuando vives fuera de Colombia y te encuentras con otros colombianos, no te fijas en si él es paisa, si ella es costeña, o si ellos son rolos. Mucho menos te importa si son hinchas de Santafé o de Nacional. Lo único que importa es que son colombianos. Son colombianos y por eso son hermanos, y por alguna razón esa desconfianza que normalmente se podría tener hacia un extraño, desaparece.

Cuando vives fuera de Colombia y escuchas el resonar de los cueros de un tambor, comienzas a sentir cómo tu sangre recorre tu cuerpo y tu piel se eriza, y sientes la necesidad de moverte, de cantar o de gritar, de reír, de celebrar, así en Colombia jamás hubieras bailado una Cumbia o un Mapalé. Si escuchas el himno nacional o ves tu bandera, se te hace un nudo en la garganta y tus ojos se llenan de lágrimas, y en lo único que piensas es en entonar a todo pulmón aquel himno de tu patria, aunque si hubieras estado en Colombia te habría dado vergüenza hacerlo.

Ni hablar de lo que sientes cuando por alguna razón ves un lulo, un maracuyá, una feijoa o un tomate de árbol: tu boca se hace agua y podrías comerte un árbol completo, así tu madre hubiera sufrido obligándote a tomar el jugo del almuerzo cuando eras niño.

No sólo en el amor se cumple la regla de “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” o mejor, hasta que se aleja. Tristemente, para amar a Colombia muchos tienen que primero vivir lejos de ella. Ojala no todos tengan que salir de Colombia para comenzar a amar esta patria que nos vio nacer. La patria que me vio nacer y crecer, y donde quisiera terminar mis días… Quiero pueblito viejo morirme aquí en tu suelo, bajo la luz del cielo que un día me vio nacer…

Dedicado a todos mis compatriotas, amigos y familia que viven fuera de Colombia. Que sigan amando a su "pueblito viejo".

jueves, 22 de diciembre de 2011

El secreto para adelgazar


Si usted llegó hasta esta entrada, o está desesperado y ya no sabe qué más hacer para adelgazar, o es un perezoso y piensa que la solución le va a llegar milagrosamente. Pues para adelgazar no es suficiente con ejercitar los dedos en el teclado del computador. Lamento decirle que ¡no hay recetas milagrosas!. Simplemente ¡párese de esa silla y comience a hacer ejercicio! Deje la pereza, esa es la única solución.

Si no le gustó el secreto para adelgazar, entonces resígnese a no solo ser gordito, sino también estar enfermito. Porque lo grave de la gordura no es la estética, sino su salud. La belleza se lleva adentro, usted no se deje llevar por los estereotipos ilógicos y estúpidos que ve en televisión. No se mate dejando de comer. Lo único que le debe importar es tener una buena salud. Si su salud es buena, usted se sentirá mejor y será feliz. Y si usted es feliz, eso se verá reflejado en su belleza. 

¿Qué más belleza que la felicidad?...

Dedicado a los gorditos felices y hermosos que tanto amo.